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El proyecto consiste en encontrar formas de curto-circuito entre las experiencias soñadas en la vigilia atraves de la acción.

 

Ocurre a través de la activación de agendas performativas propuestas para dentro y para fuera de los sueños y un trabajo especifico con el territorio en que ocurre.

 

Forma parte de una larga trayectoria de investigación sobre y con los sueños, en cuanto tecnología de la alteridad; Y aborda la facultad de soñar como una tecnica para la practica cosmopolítica, la intimidad entre especies y los estudios ambientales.

 

El proyecto ha experimentado con diferentes formatos de abertura: publicaciones, talleres, instalación, videos y fotos, pero está centrado sobre todo en inmersiones y entrenamientos psicofísicos, para la construcción de una metodología.

Proyecto reallizado en colaboración con el artista Ibon Salvador.

Ha pasado por residencias en :

Espai Nyamnyam - Mieres, Girona .

Garaion Sorgingunea - Pais Vasco



 

SUEÑOS SITUADOS

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Migdiada amb Situated dreams!Imatges de la presentació de Rafael Frazao (_rafaelsocra) i I
Migdiada amb Situated dreams!Imatges de la presentació de Rafael Frazao (_rafaelsocra) i I

No es por nada

que la palabra vigilia (condición de quien está despierto) supone un trabajo, una vigilancia, algo policial, un: ¡ojo con eso!
¿Eso qué?

Lo que se vigila, lo que se controla con severidad al abrir los ojos, es precisamente el mantenimiento de la ficción del individuo: del ser unificado, con contornos definidos, separado y autónomo.

El esfuerzo para mantener bien atadas las multiplicidades, para recortar sus desbordamientos, hasta el punto de que una miríada de seres parezca, a cierta distancia, un solo sujeto, exige trabajo, esfuerzo, esfínter: ¡ojo, que hay un bicho saliendo por allí! ¡Vigila!

No estar despierto: se fue la policía de la luz blanca, ¡alivio!
La musculatura que aprieta las multiplicidades dentro del contorno se relaja, la ficción del individuo se fragiliza: vulner-habilidad, y finalmente realidad, plasticidad, simbiocracia, parlamentos de bichos e imágenes diversas, voces raras, ríos de libido y otras cosas.

El sueño, desde sus tantas ciencias, se conforma como un lugar de acontecimiento, del cual se puede abogar por cierto realismo, y no al contrario. Un lugar donde las fuerzas corren por campos menos conformados por las instituciones —las civilizatorias, las del capital, las del antropocentrismo y otras— que pasan a ser parte de la historia, y no la historia.

Viento

Somos arrastrados por pasajes, pasadizos, paisajes.

En el tiempo-espacio-materia del sueño, el control individual de la acción voluntariamente regulada es sorprendido, hackeado por un devenir inusitado o líquido-gaseoso. Hay fuerzas que nos empujan en direcciones inusitadas; nuestra voluntad cede y abandonamos el control.

El camino nunca es recto: algo nos arrastra, nos detiene o nos eleva. También hay caídas, cornisas, fragilidades, momentos de éxtasis. El entorno cambia constantemente; la fuerza de la gravedad se modifica.

Las ramas, el aire o algo tan sutil como una atmósfera invisible puede interponerse en nuestra trayectoria con firmeza. Aparecen desconocidos que se sienten como amigos, nuestra familia cambia de rostro o de calidez, escuchamos los pensamientos de alguien, la palma de una mano adquiere la capacidad de grabar imágenes.

En definitiva, los sentidos y los pensamientos se editan en parámetros de una permeabilidad ensanchada y generosa, de tal manera que los lugares se multiplican y curvan.

Una suerte de oráculo descubre intempestivamente zonas escondidas, reversos, imposibles a ojos despiertos.

Somos invadidos / contagiados / penetrados por lo otro, eso otro que nos arrastra por entornos laberínticos o nos posa sobre superficies inimaginables. Eso otro que nos-habla-en-otros-lenguajes-nos-toca.

Ahí, en esa modalidad, más que entender vamos conociendo-viviendo, anotando detalles, pensando con. Ahí algo se desliza o, más bien, somos un deslizamiento.

Soñar al otro.

Las ciencias de los sueños de los pueblos originarios de Abya Yala afirman el lugar del sueño desde su carácter colectivo y eminentemente político, a través del fundamento de que el sueño es un espacio donde las multiplicidades de agencias que componen la vida del viviente pueden comunicarse, incluyendo a otras especies, los muertos y los espectros.

Lo que convierte el sueño en un espacio de encuentro y de alteridad: una especie de espacio público cosmopolítico.

Ese abordaje abre el gesto de soñar como una técnica, una herramienta, como una tecnología de contacto y relación con el ambiente, tomando la plasticidad del sueño como código de traducción entre diferentes modos de existencia.

Es importante, para la corporalidad de una persona, perfeccionar esta técnica, entrenarla, fabricar un cuerpo que sueñe no solo consigo mismo, que sepa reconocer las alteridades que aparecen en las aventuras soñadas no solo como representación, sino como acontecimiento.

Desarrollar así la capacidad de vivir bajo cierta fertilidad ontológica y hacer buena política con los abundantes modos de existencia del entorno.

 © 2021 Creado por Rafael Frazão

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